domingo, 29 de mayo de 2011

Su cara está gastada

Tuvo la cara manchada. Apretó los labios vacilante ante el reflejo terrible de la mirada ajena (ve el brillo opaco de sus propios ojos enmarcado en otra pupila). Lleva los ojos menguantes. Eso parece casi un ademán natural grabado eternamente entre "las grietas de su cara". Hubo como un velo entre su cara y el mundo, sus expresiones se confundieron con amor o con odio, pero fueron el efecto de superficie de millones de culebras y sapos luchando en su cabeza aturdida y confundida. Quiere llorar, gritar de dolor, morir y después callar.

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