viernes, 6 de noviembre de 2009

Viento (Nota de bondi)

Y te sentás cansado justo junto a la ventana, pero tratás de reparar con tu brazo la penetrante ráfaga helada, tan imponente golpe, brisa colmada de dolor.
Usurpa tu clandestinidad leyendo tu alma, llevándose tus lágrimas y abusando de ellas. Desesperás porque no hay máscara o furia que esa ráfaga urbana no pueda violar, como una llave maestra. Es que al profanar tu alma es justamente eso lo primero que se adjudica, tu llave. Y te encierra y te hace suyo, y te condena a pertenecerle, a perder tu individualidad e incluso a necesitarle. A necesitar de su frío apuñalante y a disfrutarla si logra leerte, destrozándote placenteramente, seduciéndote con su interesante libertad, contándote con palabras hermosas de sus aventuras por esquinas olvidadas y callejones estrechos. Esa ráfaga leve como una caricia de muerte, que entra por las rendijas al cofre de tu dulzura y tu fragilidad para liberarlos y tomarte vulnerable.
Me detiene a su merced para abofetearme la cara y llenarme de amor y de calidez, cuando luego se lo lleva todo y vacía mis ojos dejándome sin sentido, inventando un nuevo Norte en mi brújula para desorientarme. El aliento de vida se escucha leve en lo profundo de mis pulmones y agoniza.
Quiero que baje un poco de luz de las estrellas para calentar mi oscuridad, cubrirla un poco. Pero no hay tal luz y mi consuelo es la rigidez de lo artificial brillando en el techo, mentira y felicidad de lo ficticio, que se regocija y se ríe de mi soledad.
Mentira es mi pasado, el sexo y la droga, mentira es el rebaño fraternal y mentira es mi existencia tanto como la tuya.
Yo soy uno, por siempre lejos, por siempre cicatrizando pero nunca del todo.
Yo soy feliz, feliz en mi sufrimiento, feliz en mis excusas y en mi ceguera.
Feliz en la acostumbrada falacia cotidiana de filantropía barata y autocompasión.
Feliz... auto engaño, che.

martes, 4 de agosto de 2009

lunes, 20 de julio de 2009











La cristalización de un momento, solo una huella de lo real.

viernes, 17 de julio de 2009

¿SABÉS LO QUE PASA EN HONDURAS?

Mientras enceguecen al pueblo latinoamericano y del mundo con noticias sobre gripe porcina, el pueblo hondureño se enfrenta a un golpe militar impulsado por la extrema derecha de la iglesia, los grandes burgueses, las fuerzas armadas, el parlamento y los yanqis. Habiendo derrocado al presidente constitucional Manuel Zelaya, impusieron un toque de queda y restringieron las libertades sociales e individuales de los habitantes. La comunidad internacional y el pueblo hondureño se sumaron en la lucha contra el golpismo, y lo cierto es que nosotros no vivimos aislados, sino que por el contrario, compartimos y convivimos con esta realidad que nos oprime y nos silencia día a día, y por lo tanto no podemos hacer caso omiso ante esto. No podemos seguir consintiendo en silencio el terrorismo de estado, sea en Argentina, en nuestra sangrante América Latina, o en el mundo. La indiferencia del pueblo siembra su propia condena. En nuestro país seguimos viendo como desaparecen quienes quieren progresar, o aportar algo para que las cosas mejoren, ya sea Julio Lopez, o el también desaparecido Luciano Arruga, cuya familia, cansada de las constantes agresiones en contra de un miembro de su familia por parte de la policía, hicieron la denuncia y obtuvieron a cambio el dolor de no saber donde está su Luciano. En Argentina se vive día a día el gatillo fácil de la policía, el intento de silenciar a quienes se levantan, y el silencio de quienes observan la impunidad. Latinoamérica se enfrenta de manera constante ante las grandes potencias opresoras porque es el granero del mundo, y alimenta a los de afuera, dejando hambrienta a la mayor parte de su propia población a expensas del enriquecimiento de unos pocos. Zelaya, quien se había sumado a Chavez en su proyecto Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), estaba claramente en contra de los intereses de los grandes capitalistas norteaméricanos, quienes dependen de la sumisión de los pueblos latinoamericanos para que sus políticas capitalistas de opresión subsistan. Razón lógica dentro del pensamiento opositor para derrocar al gobernante. Sin embargo, el poder del pueblo es imparable, y es hora de que Latinoamérica deje de ser un sub-continente oprimido y se levante en contra de esta insoportable desigualdad histórica, que se levante en contra del golpismo, de los genocidas, y que juntos ¡ALCEMOS LA VOZ!

¡¡QUE VIVA LA LUCHA DE HONDURAS ABAJO LA REPRESIÓN CON LA SANGRE DERRAMADA NINGUNA NEGOCIACIÓN!!

jueves, 9 de julio de 2009

SMOG










es por esto de las nubes tormentosas que se nos cuelan mezcladas con el aire...

martes, 31 de marzo de 2009

De la inmortalidad

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Yo soy nadie. Hace 33 años que no estoy. Se me vuelve borrosa la noche en que me desaparecieron.
Toda mi vida se resumió en aquella noche rejuntando mis recuerdos en un shock violento. Fue esa noche en la que dejaron de mi solo un rastro ambiguo entre las sombras. Supe desde el principio, o bien, desde el final, que tendría que esconderme, masificarme y volverme un número más entre la multitud, disfrazado bajo ropas negras, siendo un cuerpo sin rostro. De solo pensarlo se me hiela la sangre. Buscaban volverme un perro sin su hueso, un actor sin un guión. Pero supe siempre, también, que al fin y al cabo, terminaría desnudo, inavitablemente expuesto ante sus ojos perturbadores. Sus mirada aternamente atenta.
Yo NO decidí desaparecer. Ellos se llevaron mi cuerpo, lo derribaron bajo presión, pero dejaron ese rastro, eso que es abstracto, lo inalienable y lo más importante: dejaron intactas mis ideas y mi lucha.
Lo que fue, lo que es, lo que siempre será cuando yo ya he dejado de ser.

lunes, 23 de febrero de 2009

De dípteros

Es un ser desafortunadamente célebre el mosquito ¿Sabes? Culpable odioso de masivos arranques de furia a entradas horas de la noche o de sueños intranquilos, intolerables noches de insomnio y de hartazgo. Ellos saben de fechorías, ladrones a usanza de litros y litros de inservibles aerosoles insecticidas.
También debe ser por los mosquitos que me desesperan y que no dejan de zumbar en mis oídos. Se pavonean a mi alrededor cual espantosos bailarines invisibles en un insoportable compás de semifusas.
Y de pronto, adrede, deliberadísimo pero efecto del impulso y los reflejos, un manotazo que los detiene pero que no los alcanza en un golpe crucial ni los convierte, en un soplo, en infinitos viajeros dormidos en la eternidad.
Si bien se dispersan ante el ataque, vuelven redoblando su bullicio nocturno solo perceptible por mis condenados oídos. Vuelven como un gas, expandiéndose, multiplicándose como sombras en el aire caliente, como retándome a intentarlo una vez más, como exigiéndo una rendición o una nueva y mortificante embestida. Zumban despiadados conscientes de la tortura a la cual me someten y con la cual disfrutan y se pintan los labios y se frotan las manos.
Heme de noche, tan vulnerable víctima de impostergable abuso, lastimando el aire con los brazos en el desesperado intento de castigar a mis agresores y de salvar... Imposible.
Sigo percibiendo como su horrible presencia satura la totalidad de mi habitación porteña, habitación que, de pronto, se vuelve tan ajena, tan de ellos. Me han convertido en el misceláneo, es un espanto, solo y aturdido ahora soy el invasor. Son ellos, esa interminable multitud, ellos en contra de una suculenta soledad de llave con dos giros trabajados desde adentro en la cerradura de la puerta que me aprisiona. Casi los entiendo, casi los adoro en su terrible felicidad de coctel servido en mis venas.
Su impenetrable invisibilidad es un foco de luz. Está encendido. Perturba impasible a mis ojos que piden a gritos un respiro y palpitan furiosos. Lo que me molesta absolutamente de esto es que en su salvaje parasitismo roban los calores volcados en mi sangre, el calor de galletas de hojaldre y vainillas y mate amargo de la merienda...