martes, 26 de marzo de 2013

generacion, propagación y recepción

Una parte de mi vuelve al origen
como pidiendo perdón.
En el mundo hay solo dos tipos de personas: las que hacen el mal y las que hacen el bien.
Necesito amor esta noche para no sentir en mi  ese mundo que se extiende interminable. La muerte de un inocente equivale a la muerte de la humanidad.
No he visto nada. Quiero encontrar el final feliz que hay escrito para todos. Al menos una sonrisa que no desaparezca en la muerte. Un niño volviéndose adulto. Una vida florecer.
Amenaza el ocaso de todo lo que amo: mis torpes manos intentando sentir algo, aferrándose a un juguete roto hace ya mucho tiempo ¿Donde queda la eternidad? No quiero perder nada más.
¿Donde queda la eternidad? La familia jamás te abandona. Ni Dios. Solo el tiempo, las personas en el tiempo, la verdadera realidad es lo que te abandona. ¿Podría abrazar a una idea como a mi madre o como a la persona que amo?
Cuando todo lo que tengo sea pasado no habrá nadie con la paciencia para sostenerme. Camino al paraíso en una marcha desesperante. Cuando más intento comprenderlo, menos lo entiendo.
¿Como hacen las personas para mirarse? Mirar al otro a través de todo esto que nos separa. Existir es un diálogo constante entre nuestra capacidad de recibir el mundo y lo que el mundo parece tener de por sí (si es que existe tal diálogo y no existimos cada uno en una obstinación que no se llama esquizofrenia pero que es casi...)

Hay una luz dentro de cada cuerpo asustado. Hacia ella se dirige mi amor y mi fé en esta vida.
Esa luz es mi único fin.

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