domingo, 17 de mayo de 2015

me había olvidado de que necesito cosas.
Fui con lluvia un miércoles, y volví con lluvia un lunes.  El primero de los indicios fue algo en la conciencia, como un aviso, o una sensación a la altura del estómago apretado y algo como una tensión atrás de las orejas. También un ligero y progresivo entumecimiento en los hombros. Me había olvidado de que necesito cosas.
También pensé en cuanto podría odiar a todo el que quiero. Pero realmente ese camino no tiene mucho sentido, odiar, amar, no pesa mucho cuando en realidad, paso mis días, dejándome llevar, con gente que se mueve, gente que me rodea y piensa en mi de buena manera, con intención (no necesariamente buena-s) sino sincera de hacer cosas o al menos de estar, en este tiempo presente.
Y que difícil es vivir con su locura.

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