martes, 13 de enero de 2015

una promesa espesa de abundancia y exceso
un festín interminable
todo el esfuerzo de una vida noble y piadosa
hasta que pagan los dioses


La propuesta de un mañana sin cuerpo. la liviandad absoluta, sin desgaste, sin cansancio. un momento pleno como nunca he vivido. sólo si logro sostener una idoneidad que me valdrá el rechazo pleno de todos. eso me dice. que me eleve dice. que logre soltar el placer del cuerpo, que moldee mi alma para llevarla mas bella a los mundos venideros ý así me eleve sobre el río del olvido. Junto a las bellezas plenas me pasearé como en un sueño, sanando lentamente todas las heridas, perdonando a todos aquellos que me hicieron daño y marcaron mi cuerpo olvidado. Sin necesidad beberé y comeré y practicaré todas las formas de amor descarnado, sin necesidad, por puro gusto, y tendré a los dioses saboreando mis delicias, deleitándose en mi fluir. Poco a poco empiezo a entrever la falsedad de la promesa espesa. Es el miedo enorme a lo improbable, lo imposible de ver. No hay luz, no hay vida en el mundo que me prometés. No hay cuerpos. Sólo rastros, como partículas, composiciones, triángulos. No quiero encontrarme con la vida desecha, los miedos me zurcan el alma como sombras en la selva, en la guerra. me muerdo todo. me deshace una ansiedad ruín, sólo cuento con el biombo. pero la perra sinceridad me mastica los sentidos, donde está mi vieja usanza. te desvestías

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